El Centre de Lauegi d’Aran informa que el riesgo de aludes en la Val d’Aran se sitúa en 3 (Notable) sobre 5.
El riesgo es más marcado sobre todo en las laderas soleadas, de fuerte inclinación, con sustrato herboso y poco rugoso, y donde el suelo no estaba helado previo a la nevada, lugar donde se está acelerando el movimiento de deslizamiento basal.
Las placas de viento, con la insolación y el paso de las horas, están ganando estabilidad progresivamente. Sin embargo, estas placas son todavía frágiles, sobre todo en sotaventos de cota alta y en laderas más umbrías y protegidos del viento, debido a la presencias de capas débiles persistentes. En este mosaico de inestabilidad y peligro de aludes, hoy añadimos los deslizamientos basales, que ayer comenzaron a descolgarse y lo seguirá haciendo en los próximos días. En resumen, un manto bastante delicado que exige una cuidadosa evaluación para trazar el itinerario.
El conjunto del manto de nieve, con el paso de los días después de la nevada está asentando y ganando cohesión. En laderas soleadas, de fuerte inclinación, sustrato herboso y poco rugoso, y el suelo que no estaba helado previo a la nevada, está acelerando el movimiento de deslizamiento basal. Ayer ya empezaron a descolgarse numerosos deslizamientos basales, estas placas de fondo que dejan el suelo al descubierto, y numerosas grietas. Esta actividad continuará hoy y los próximos días. La mejor táctica es evitar el terreno proclive a este tipo de aludes, caen cuando quieren, son una auténtica ruleta rusa!
La nieve es continua desde el fondo de valle con espesores a 2200 m de unos 120 cm, zonas claramente deficitarias a barlovento y acumulaciones muy gruesas en sotaventos. La nieve se conserva polvo y fría en casi todas las cotas y orientaciones, exceptuando lugares totalmente erosionados por el viento donde aflora una dura costra. Los niveles débiles en la nieve nueva y en la base de la nieve nueva, donde las acumulaciones son menos compactas, están ganando cohesión. En las umbrías protegidas, la nieve azúcar enterrada el 10 de enero se mantiene frágil y reactiva.