El proyecto surge a partir de la acreditación de territorio Biosphere en 2014 y de haber sido finalista en los National Geographic Legacy Awards en 2015, dos distinciones internacionales que señalan la Val d’Aran como destino turístico sostenible y que remarcan su apuesta por poner en valor el medio ambiente y la conservación y protección del patrimonio cultural e histórico del territorio.

 

 

«Este es el punto de partida para la candidatura que estudiamos presentar ante la Unesco» señaló el sindic d’Aran, Carlos Barrera, que detalla que será un proceso largo, para el que habrá que tejer complicidades entre todas las administraciones -solo los Estados pueden presentarla y que solo se dará el paso de presentar la candidatura, una vez se haya inventariado el patrimonio natural y cultural. «Se trata de un proyecto de país, esperamos tener un primer informe en tres años y, a partir de aquí, seguir avanzando para conseguir la declaración como Patrimonio Mundial, aunque no hay precedentes en un conjunto territorial tan amplio. Sería un aval importante para todo el trabajo desarrollado en los últimos años y que nos ha permitido posicionar la Val como un destino turístico sostenible de primer orden». Barrera destacó además que impulsar la candidatura forma parte de la «responsabilidad de gobierno».

En este sentido, el responsable de llevar a cabo el inventario, Jèp de Montoya, señaló que la candidatura de la Val d’Aran será de tipo mixto, es decir que declararán poseer elementos culturales y naturales de valor universal excepcionales. Montoya explicó que el proyecto es «aún muy embrionario» y que se incluirán en los informes preliminares numerosos ámbitos de estudio y el trabajo de especialistas en geografía, arquitectura, patrimonio religioso o biología. El asesor cultural dijo que confía plenamente en la «singularidad» del territorio para conseguir el reconocimiento de la Unesco, pero que será un trabajo largo y a desarrollar en varias fases antes de poder articular la candidatura oficial. Tras este paso, a la Val d’Aran le queda un largo camino de informes, expedientes y misiones de evaluación antes de llegar ante el Comité de Patrimonio Mundial, entidad que adoptará la decisión final sobre la inscripción en la lista.

España es el cuarto país del mundo con más manifestaciones que forman parte de la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

La Val d’Aran se uniría al conjunto de arte románico de la Vall de Boí , los 16 yacimientos en Lleida del arte rupestre del arco mediterráneo y las Falles del Pirineo como Patrimonio Inmaterial, mientras la Seu Vella de Lleida espera también el reconocimiento.

Fuente: Diari Segre