La intención del ministro de Ecología francés, Nicolas Hulot, de soltar dos osas eslovenas en los Pirineos el próximo otoño ha provocado malestar entre los profesionales del sector primario en el interior de Euskadi norte y los valles bearneses de Aspe y Ossau. El plan Oso 2018-2028 presentado por el Gobierno francés pretende aumentar la población de 43 a cincuenta plantígrados en los próximos meses.

Hace unos días, cientos de cargos electos, pastores y representantes de los tres sindicatos agrarios de la zona se manifestaron en Pau contra este proyecto.

En la zona noroccidental que une el Béarn, la Comunidad foral y Aragón, tras la muerte de Cannelle, la última osa pirenaica, tan solo quedan dos machos: Cannelitto y su progenitor Nere

Varios tractores y decenas de ovejas y de vacas abrieron la marcha, que recorrió las calles de la capital bearnesa para protestar ante la inminente reintroducción de dos hembras en las comarcas pirenaicas en las que tan solo quedan dos machos de esta especie: Nere, de 21 años (nacido en 1997, hijo de Ziva y un macho esloveno), que fue capturado el 1998 en el Baish Aran y que hacía 19 años que estaba en el Pirineo occidental. Fue fotografiado (y contrastado por muestras genéticas) a finales del celo en 2017 en los bosques de Vielha y Mijaran, y Cannellito, uno de sus cachorros. Los manifestantes advirtieron de que París tendrá que ceder y que en ningún caso aceptarán la presencia de nuevos ejemplares de plantígrado, que consideran una “auténtica provocación”. Los representantes de las 2.200 explotaciones agrícolas y 240 pastores de la zona, que temen más ataques de esa especie, lamentan la falta de comunicación “entre los dirigentes urbanos y las realidades de las comarcas rurales”.

Desde la Cámara de Agricultura de Pirineos Atlánticos, su vicepresidente, Patrick Etchegaray, recuerda que la reintroducción de osos procedentes de Eslovenia no permitirá en ningún caso mantener viva la raza autóctona dado que la última osa pirenaica, Cannelle, fue abatida de dos tiros por un cazador hace catorce años. En el juicio, que se celebró en 2008, René Marquèze fue absuelto pese a que en Francia está prohibido matar osos desde 1963.

El plan Oso 2018-2028 presentado por el Gobierno francés pretende aumentar la población de 43 a cincuenta plantígrados en los próximos meses

Consciente del malestar que ha provocado el anuncio de la reintroducción de los plantígrados, el ministro de Ecología ha asegurado que se desplazará a Pau para dialogar con los detractores.

En la actualidad, hay censados 43 osos en la zona pirenaica que se extiende del noreste de Navarra hasta Catalunya pasando por la Val d’Aran, Andorra y los departamentos del sur de Francia. En 2017 nacieron siete cachorros, seis de ellos en el Pirineo catalán. En la zona noroccidental que une el Béarn, la Comunidad foral y Aragón, en cambio, tras la muerte de Cannelle, la última osa pirenaica, tan solo quedan dos machos: Cannelitto y su progenitor Nere.

Por su parte, la población cantábrica de oso pardo se encuentra dividida en dos subpoblaciones separadas geográficamente con características genéticas diferenciadas y con un incipiente y reducido intercambio demográfico y genético entre ambas. En la primera zona que se extiende entre Cantabria, Palencia y León se registran entre treinta y cuarenta ejemplares, mientras que en Asturias, León y Lugo hay unos 200.

En el Pirineo francés los agricultores advierten de que están dispuestos a preparar una auténtica resistencia. El Gobierno galo tendrá que hacer frente a más movilizaciones dado que no descarta soltar más lobos en los Alpes. Hoy en día, Francia cuenta con 360 ejemplares repartidos en 52 manadas. París quiere que la población llegue a los 500 en 2023. Europa cuenta con 15.000 lobos, de los cuales unos 2.500 se encuentran en la península ibérica.

Info y foto: Deia