La Comisión Europea (CE) ha indicado a las autoridades francesas que la sustitución de los tres osos muertos en el Pirineo en los últimos meses «parece al menos necesaria», teniendo en cuenta el estado de conservación «desfavorable» del oso en Francia, de las recomendaciones formuladas en el informe científico del Museo Nacional de Historia Natural de Francia sobre las reintroducciones y de las disposiciones del plan de acción del oso pardo 2018-2028.

El jefe de Unidad de la Dirección General de Medio Ambiente de la CE Nicola Notaro lo ha explicado así por carta a las entidades animalistas que habían reclamado por la misma vía que la administración europea interviniera en el asunto ante las autoridades francesas y españolas.

La entidad Ipcena, una de las que firmaban la carta en la que se reclamaba la intervención de la CE, consideró muy positiva la respuesta, y anunció que junto a la plataforma de entidades de las dos vertientes de los Pirineos trabajará para la restitución total de los tres osos muertos en los Pirineos por acciones de desidia humana.

El caso más sonado de muerte de oso en el Pirineo es el del oso Cachou, cuyo cadaver fue localizado el pasado 9 de abril en una zona de difícil acceso del bosque de Soberpera, en Les, en el Baish Aran, por agentes de Medio Ambiente del Conselh Generau d’Aran.

Según fuentes conocedoras del caso, que fue declarado bajo secreto de sumario por el juzgado de instrucción de Vielha, el oso Cachou podría haber sido envenenado con anticongelante, concretamente con etilenglicol, el ingrediente primario de los anticongelantes para coches. En la actualidad son seis las personas investigadas por su implicación en el presunto envenenamiento de Cachou.

La prefectura de Ariège, en la región francesa de Occitania, en la frontera con la Val d’Aran, informó el pasado mes de junio de la muerte de un ejemplar de oso pardo adulto. El animal fue localizado en una zona boscosa y el cuerpo presentaba varios impactos de arma de fuego.

En el Pirineo aragonés, el ejemplar muerto es la hembra conocida con el nombre de Sarousse. La muerte se produjo como consecuencia de varios disparos a corta distancia por parte de un cazador que participaba en una batida de caza de jabalí, en un bosque del valle de Bardají. 

Info: ACN/Aran Notícies